martes, 28 de enero de 2014

LA PANERA DELS TRESORS O PANERA DE LOS TESOROS

La panera dels tresors o Panera de los tesoros es una propuesta de juego dirigida a bebés de 6 a 12 meses de edad (cuando empiezan a aguantarse sentad@s).


Ya se la he regalado a varios pequeñaj@s (mi primo Daniel, mi hermano Héctor, la bonita Noa,...) y por fin ha llegado el momento de regalársela a mi príncipe, Rubén.


Mañana hace ya 6 meses, así que este fin de semana se la hemos preparado.


Consiste en poner en un cesto planito y redondo, objetos de diferentes texturas y materiales para que el bebé pueda explorar con los ojos, los oídos (algunos hacen ruido cuando chocan), las manos, la nariz (algunos huelen), pero sobre todo con la boca, que es el principal “instrumento” que usan ahora para descubrir el entorno.


La finalidad u objetivo de este juego es desarrollar la autonomía del niñ@, favorecer la coordinación ojo-mano y la motricidad fina (pues tienen que coger los objetos y, para ello, deben ejercer presión con dedos y manos), ejercitar la concentración,...


Los elementos pueden ser infinitos y, aunque algunos pueden parecer peligrosos, debemos recordar que SIEMPRE habrá un adulto supervisando el juego y NUNCA estará el niñ@ solo.
Además, es importante ir renovando los objetos, pues algunos se pueden deteriorar y los peques pueden perder interés por ellos. Si hay alguna cosa que no nos parece segura no hay que ponerla.


Así, podemos poner objetos de distintos materiales. Os dejo una propuesta, pero pueden ser infinitos.


NATURALES: limones, piñas, cáscara de coco, conchas, piedras, ...
MADERA: cucharas, mano de mortero, pinzas de tender, peine, castañuelas, …
CRISTAL: botes de yogur, ceniceros, portavelas, espejos,...
TELA: tul, toalla, terciopelo, seda, …
METÁLICOS: molde de flan, cuchara, colador, llaves, ...
PAPEL O CARTÓN: cilindros de papel de wc gastados, hueveras, papeles arrugados, …
PLÁSTICO: tubo de manguera, cepillo de dientes, pelotas, embudos, …
CON PELO: brochas, pinceles, …
OTROS: esponja, estropajo, cepillo de manos, …


Muchos de estos objetos, además de favorecer el desarrollo de los bebés, les van genial para las encías, pues en esta etapa empiezan a salirles los dientes y los elementos fríos y duros son los que más les gustan. Al ponérselos en la boca y apretarlos les alivian el dolor de las encías.


Os dejo varios links que os explican paso a paso lo que es y cómo se confecciona esta panera. Además de una foto de Rubén jugando.




¡Qué lo disfrutéis!

Besos

jueves, 23 de enero de 2014

MAITENA Y LA LACTANCIA

Esta imagen vale más que mil palabras...

Me encanta Maitena, la descubrí gracias a mi amiga Carmen.

Besitos


martes, 21 de enero de 2014

SACALECHES Y ALMACENAJE DE LECHE MATERNA

Cuando Rubén cumplió los 4 meses me tocó incorporarme a trabajar, así que dos semanas antes empecé a sacarme leche para que mis suegros se la dieran en biberón.


Para no tener sorpresas, en casa ya habíamos probado de darle mi leche con bibe. Como es un tragoncete no hubo problema.


Así que, siguiendo el consejo de mi amiga Mónica, me sacaba leche después de una o dos tomas del día. De esta manera, como Rubén ya había estimulado el pecho, salía la leche mucho más rápido.
Fui almacenándola en las bolsitas Medela que compré en la farmacia (el sacaleches era de la misma marca) y en las bolsitas anotaba la cantidad de leche que había y la fecha de la extracción (así se la dábamos en orden, siempre cogiendo la más antigua).


A los 4 meses ya empezamos a darle la fruta a media tarde, de manera que, cuando llegaba de trabajar, me sacaba leche, sustituyendo la toma que el niño no hacía (al llevar muchas horas sin que el niño mamara me salía mucha leche en poco tiempo). Y esa leche es la que le daban al día siguiente los yayos. Si algún día no podía sacarme mucha por lo que fuera, siempre tenían leche congelada.


Hay que ir con cuidado a la hora de congelar la leche y descongelarla. Os explico cómo lo hacía, por si os sirve. Yo lo miré en una web específica, os dejo también el enlace.


http://albalactanciamaterna.org/lactancia/conservacion-de-la-leche-materna-extraida

Me sacaba la leche en los botecitos que vienen con el sacaleches. Si me sacaba en varios pocas cantidades los iba metiendo a la nevera. Cuando estaban a la misma temperatura (si me sacaba por la tarde los dejaba hasta por la noche) los juntaba haciendo tomas de 100 ml o 120ml y metía la leche en las bolsas y al congelador. Así sabía que cada bolsa era una toma y podíamos ir controlando lo que comía. Al principio no sabes si es mucho o poco porque la lactancia materna es a demanda y no puedes sabes cuánto come el niño. Pero me iba muy bien para saber, más o menos, cuánta tenía que sacarme cada día.


Cuando la yaya tenía que descongelar una bolsa, ponía agua caliente en un vaso y metía la leche congelada directamente. En pocos minutos la leche se descongelaba y cuando estaba a temperatura ambiente se la daba al niño con el biberón.


La leche congelada dura 24h en la nevera después de ser descongelada.


La leche conservada en la nevera, después de ser extraída (sin haberla congelado) dura unos 5 días.


Es importante no guardar la leche en la puerta del frigorífico, pues cada vez que abres la nevera la temperatura cambia y se puede estropear.


Un día se me ocurrió oler la leche que había descongelada y... ¡estaba agria! Rápiamente miré el foro de Alba lactancia materna y ponía esto: “Algunas mujeres han comentado que su leche congelada huele a agria e incluso a rancia. Ese olor se atribuye a un cambio en la estructura de los lípidos como consecuencia de los ciclos de congelación y descongelación en el congelador-refrigerador con eliminación automática de escarcha.
Aunque puede ocurrir que ocasionalmente algún niño la rechace, por lo general no es así y tampoco resulta perjudicial para el bebé.
Congelar la leche rápidamente tras la extracción y calentarla inmediatamente después de sacarla del congelador parece que puede contribuir a que este problema se de en menor grado”.

Espero que os sirva de ayuda mi experiencia.

¡Besitos!

LACTANCIA (parte III)

Una vez dados de alta del control de peso, lo llevábamos a la farmacia una vez por semana (todos los jueves) para tener un control de lo que engordaba. ¡¡¡Una semana llegó a coger 400 gramos!!


Rubén se cogía bien al pecho, pero se le escapaba el pezón a menudo, así que empezamos a usar pezoneras para que la succión le fuera más fácil. A los tres días ya no las necesitó.


Habíamos decidido no darle el chupete por lo menos el primer mes para no crear “interferencias” con la lactancia materna, pues la manera de succionar es distinta y nos dijeron que podríamos causarle confusión. Aunque hemos conocido casos de niñ@s que desde el primer día han llevado chupete y tomado pecho sin ningún problema. A veces subestimamos sus capacidades.


Pero al no darle chupete, Rubén estaba todo el día cogido a la teta. Así que estuvimos intentando que cogiera el chupete casi un mes. Y cuando lo cogió...fue “mano de santo”. Creemos que la persona que inventó el chupete debería tener un monumento, pues, a los que lo cogen, les calma enseguida.


La consecuencia de que el niño usara el pecho para comer, para consolarse, para dormirse,...fue gran dolor y escozor en los pezones. Hasta me planteé dejar de darle el pecho porque cada vez que el peque tenía que mamar me daba un miedo...


Como la comadrona visitaba una vez por semana y no me veía capaz de aguantar a que me viera, fui a la farmacia. Allí me recomendaron cremas que ya me ponía (Purelan de la Medela, una de la Suavinex,...) y que no me hacían nada.
Tuve la suerte de que estuviera allí la mujer del farmacéutico (Miquel) que al oirme no dudó en aconsejarme el aceite Rosa Mosqueta. A ella le había ido muy bien.


Y así lo hice. Cuando Rubén terminaba la toma me ponía un poco en los pezones y justo antes de la siguiente toma me lavaba bien. En una semana estaba totalmente recuperada. Y no he vuelto a tener dolores ni se me han formado grietas.


Os dejo los enlaces de una página que me gusta mucho y me ha ayudado bastante.







¡Besitos!

jueves, 16 de enero de 2014

LACTANCIA (parte II)

Los primeros días en casa fueron durillos. 

Yo estaba constantemente con el niño mamando, así que Mike se encargaba de recoger la casa, hacer lavadoras, limpiar y estar a mi disposición (no lo digo en tono de burla, sino más bien en tono de impotencia).
De hacer la comida se encargaban las yayas, que son unas cracks y nos fue genial, pues era una “preocupación” menos.

La sensación de estos primeros días se podía describir perfectamente con la canción: "soy una vaca lechera...", parecía que no servía para nada más que para eso (que sí, ya es mucho, pero entre las hormonas, los puntos y la nueva situación...me parecía nada). 

A esto se sumaban las visitas de familiares y amig@s, que en todo momento respetaron los "horarios" que les proponíamos (para nosotros poder descansar).

La pregunta estrella era "¿ya te ha subido la leche?". A lo que yo respondía "¡y yo qué sé!". Nunca antes había amamantado. Así que tocaba escuchar: "tendrás los pechos muy duros", "igual te da fiebre", “te dolerán mucho”, ...

El jueves por la tarde noté un “subidón” que hizo que tuviera dos rocas en lugar de pechos y un poco de dolor al lado de las axilas. De fiebre, ni rastro.

El viernes fuimos a la visita neonatal para el control de peso y, para nuestra decepción, Rubén había perdido un poco más.
Así que la enfermera le hizo un control de la bilirrubina (tenía un tono de piel un poco amarillento), pues era habitual que los bebés la tuvieran alta y, a causa de ello, durmieran mucho.

Luego pesó al niño sin pañal y le dí el pecho. Durante la toma me dió varios consejos para que el niño succionara bien y así evitar grietas en los pezones y una correcta alimentación. Después de la toma lo volvió a pesar y nos quedamos tranquilos al ver que ¡sí que engordaba!
De todas maneras, nos dieron leche de fórmula por si, después de darle el pecho, el niño quería un suplemento. Nunca quiso.

El lunes siguiente volvimos al control de peso y Rubén había ganado mucho en ese fin de semana. Así que nos dieron el alta.

Por cierto, le pregunté si había algún alimento que no pudiera tomar dándole el pecho y me dijo que no. Todo lo que yo había comido durante el embarazo el niño lo había probado a través del líquido amniótico, así que ningún sabor le parecería extraño. También me dió un folio con los alimentos que podía tomar para hacer la leche más nutritiva.

Os dejo unos links interesantes.




Saludos.

LACTANCIA (parte I)

Antes de quedarme embarazada, siempre había dicho que daría biberón a mis hij@s para que Mike también participara en su alimentación.
La “moda” de hace unos años a esta parte es dar el pecho “por encima de todo” y yo, al no compartir esta opinión, me autodenominaba “no pro-teta”.
Pensar que yo iba a tener mayor vínculo con mi hijo por darle el pecho me parecía egoísta de cara a mi marido, pues sólo el hecho de haberlo llevado dentro ya me premiaba con momentos y sensaciones que sólo yo podía tener.  


Mis padres nos criaron con biberón a mi hermana y a mi (por cuestiones laborales) y crecimos fuertes, sin enfermedades graves y sintiéndonos bien.


Pero fue precisamente Mike quien me animó a probar de darle pecho cuando naciera. Si no “podía” (la leche no le alimentaba lo suficiente, tenía mucho dolor, el niño no se cogía bien, se me formaban mastitis,...) le daríamos biberón y listos. Y así lo hicimos.


Cuando Rubén nació, enseguida me lo puse al pecho y se cogió. Me aconsejaron las enfermeras que me lo pusiera mucho para estimular la subida de la leche y seguí su consejo.


En el hospital, el peque dormía mucho y, aunque lo poníamos mucho a mamar, al salir del hospital había perdido 300gr (más de lo que el pediatra consideraba “normal”).
Así que nos dieron cita para hacerle un seguimiento de peso y nos fuimos a casa (era miércoles, 31 de julio de 2013).

lunes, 13 de enero de 2014

CREMAS ANTI ESTRÍAS

Durante el embarazo, una de las cosas que más me preocupaba era que no me salieran estrías.
Enseguida (desde la semana 8) empecé a ponerme crema para tener la piel bien hidratada y más elástica.

Pregunté a varias amigas y me recomendaron “Trofolastin” de Carreras. Incluso mi suegra me dijo que era muy buena y que ella ya la usó cuando estuvo embarazada de mi cuñado (hace 33 años). Pica un poco el precio y hay chicas que opinan que huele mal. A mi me gustaba el olor.

Así que esa me puse (tanto en pecho como en cintura y caderas).


También depende mucho de cada persona. Tengo una amiga que se ha puesto Nivea (la del bote azul de toda la vida) y no le ha salido ninguna estría. Y conozco a chicas que se han cuidado con cremas específicas y les han salido.

Lo importante es tener la piel bien hidratada y pensar, si salen, que son heridas de la guerra más bonita que una puede luchar.


Yo procuraba ponerme la crema cada noche después de ducharme. Si no la tenía a mano (me la llevaba al gimnasio y a veces se me olvidaba en la bolsa) me ponía cualquier otra hidratante.


No me salieron estrías durante el embarazo, pero al dar a luz y perder barriga me vi unas líneas muy finitas rojas por toda la zona abdominal. Para evitar que se me pusieran blancas y que ya no tuviera solución, empecé a ponerme gel puro de Rosa Mosqueta (en aceite me quedaba muy “pringosa” la piel).
Poco a poco esas pequeñas estrías se me están difuminando y ya casi no se ven.

Os pongo fotos también de las antiestrías de ISDIN y SUAVINEX.




Y ahí van algunos links con consejos para evitar que te salgan estrías durante el embarazo.
http://www.bebesymas.com/salud-de-la-madre/prevenir-las-estrias-en-el-embarazo

http://espanol.babycenter.com/a12800025/estr%C3%ADas-durante-el-embarazo

http://www.serpadres.es/embarazo/ejercicios-belleza-embarazo/10-trucos-para-prevenir-las-estrias-en-el-embarazo.html


Saludos.

domingo, 12 de enero de 2014

El parto

Así que como ya estaba dilatada y nos quedábamos ingresados, me llevaron a la sala de dilatación y mi marido (Mike) se fue a hacer el ingreso y a por la bolsa al coche. Eran las 23h del domingo día 28 de julio de 2013.

Llegó la comadrona, Carme, y después de ponerme los monitores para ver el latido del peque, me rompió la bolsa. Yo creí que sería doloroso pero la verdad es que no me enteré. Me explicó que notaría como si me hiciera pis y así fue.

Me preguntaron si quería la epidural y dije que sí sin dudarlo. Respeto mucho a las mamás que deciden parir de forma natural y sin ninguna clase de anestesia, pero Mike y yo teníamos claro que si habían inventado la epidural para evitarnos el dolor, me la pondría.

Era lo que más miedo me daba del parto. En las clases previas al parto nos explicaron que no había riesgo de dañar la médula ni quedarse paraplégica, pero aún así no estaba tranquila.

Vino la Dra. que me iba a poner la epidural y al decirle que tenía miedo, aunque estaba totalmente convencida de quererla, me explicó paso a paso lo que haría. Eso me tranquilizó muchísimo.
Además, me recomendó ponérmela ya porque había empezado a dilatar pero aún no tenía contracciones insoportables y eran cada 5 minutos, con lo cual si me coincidía el pinchado con una contracción, lo cual era dificil, podría aguantarla. Y así lo hicimos. Fue todo muy soportable, la verdad.

Al poco rato ya noté como hacía efecto y, aunque era consciente de las piernas, las tenía dormidas. Y empecé a tener un frío tremendo. Hasta temblaba. Me comentó Carme, la comadrona, que era de la misma epidural.

El seguimiento del latido de Rubén era continuo, pues algunas veces se perdía y me tenían que volver a poner el aparato para que se escuchara. Nos dijeron que no pasaba nada, pero aún así estábamos asustados por si algo no iba bien.

Estuvimos retransmitiendo todo a la familia a través del WhatsApp, así que no nos aburríamos.

Ya habían avisado a mi ginecóloga.

Sobre las 2 a.m. empecé a notar unos dolores muy fuertes desde la vagina y pensé que era normal. Así que cuando vino la comadrona se lo comenté. Me dijo que como me habían puesto poca dosis de epidural para que siguiera dilatando, seguramente se me había pasado el efecto y lo que notaba eran las contracciones. Así que antes de ponerme una nueva dosis me hizo un tacto y....¡ESTABA DILATADA PARA DAR A LUZ!

Y enseguida llegó mi Dra. En la misma sala de dilatación me hizo empujar dos veces para ver si el bebé bajaba, pues estaba aún muy arriba. Al ver que sí, nos fuimos a la sala de partos.

Allí estaban mi marido, la comadrona, la Dra. y una auxiliar muy maja llamada Gemma (ésta última me cuidó mucho después del parto).

Una vez en posición, empecé a empujar tal como había aprendido en las clases de pilates que había hecho en los tres últimos meses de embarazo (con Marta, una gran profesional que me ayudó a estar en forma para el trabajo de parto).

Empujé muy fuerte y enseguida me dijeron que si el siguiente empujón era enooooorme, sacaría la cabecita. Mi marido ya pudo verle el pelo. Y debí de apretar con todas mis fuerzas, porque lo conseguí. La Dra. me avisó de que me iba a hacer una episotomía que era necesaria (en mi plan de parto pedí que me lo dijeran y que sólo me la hicieran en caso necesario). En el siguiente empujón noté como salía el resto del cuerpo y la sensación del vacío. Eran las 2.45h del lunes, 29 de julio de 2013.

Limpiaron un poco a Rubén y me lo pusieron encima. ¡Buf! ¡Qué sensación! Mike y yo no contuvimos las lágrimas, es una emoción muy fuerte.

Nuestro pequeño pesó 3,300 kg y midió 50 cm.

Lo fueron a limpiar y a vestir. Mi marido estuvo con él en todo momento. Mientras tanto, la Dra. y auxiliar revisaron que estuviera la placenta entera y me pusieron “los puntos que hicieron falta” según mi ginecóloga.

Y nos fuimos los tres a la misma sala de dilatación donde habíamos estado, pues no habían habitaciones libres hasta media mañana.

Todavía no éramos conscientes de que nos habíamos convertido en papás.



sábado, 11 de enero de 2014

Los días previos al parto...

Recuerdo que los días previos al parto se me pasaban lentos, pues estaba agotada y muy hinchada. Además del calor sofocante que hacía (que por suerte tuve que soportar pocas semanas).

En la visita de la semana 37 con la ginecóloga vi las estrellas. Después de pesarme (ya había cogido más de 13 kg) y tomarme la tensión, me tumbé en la camilla y me hizo un tacto. ¡Qué dolor! Mi marido me veía la cara y le dolía a él también...

Me dijo la doctora que el cuello del útero aún estaba muy largo y que en esos casos, normalmente, se acababa practicando una cesárea.

A mi no me daba miedo la palabra cesárea, de hecho yo nací mediante esta intervención y mi hermana también. Además, tenía claro que en el parto no quería que sufriéramos, ni el niño ni yo, más de lo necesario. Así que ya había puesto en mi plan de parto que si no dilataba o el niño no salía...que no me tuvieran más de lo que tocaba para parir.


De todas formas, le preguntamos a la doctora qué podíamos hacer para que el cuello se acortara y su respuesta fue clara: tener relaciones sexuales y andar mucho. Dicho y hecho.Teníamos claro que si podía parir de forma natural, mejor. Así que hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos.


Estuvimos 4 días con esta receta mágica, combinando las dos cosas. Al quinto día yo ya no podía con mi alma, pero fuimos a andar... ¡menudo tute!

En la semana 38 (el viernes día 26 de julio) volvimos a la ginecóloga y cuál fue nuestra sorpresa cuando nos dijo al hacer el tacto: ¿Qué han hecho? ¡Esto está estupendo! No creo que pase del fin de semana...

Eran las fiestas de nuestro pueblo y salimos por la noche, cenamos, bailamos hasta las tantas...  


A todo esto yo tenía contracciones desde hacía varios días y ya había soltado el tapón mucoso. Habíamos ido dos veces al hospital para quedarnos tranquilos. Eran falsas alarmas.


La noche del domingo, mientras cenábamos, seguía con contracciones y mi marido las fue anotando para saber la frecuencia con la que las tenía. Al terminar de cenar me dijo: las tienes muy seguidas. Creo que tendríamos que ir al hospital. Y así lo hicimos. 


Y esta vez fue la vencida. Cuando llegamos me hizo un tacto la comadrona y me dijo que ya estaba dilatada de 2 cm y que nos quedábamos. 


¡Por fin! Ya empezamos a avisar a la familia...



¡Me presento!

Hola a tod@s! 

Soy Sonia y tengo 27 años. El pasado 29 de julio de 2013 mi marido y yo nos convertimos en papás de un niño llamado Rubén. 
Aunque ya han pasado 5 meses, me he animado ahora a abrir este blog donde iré contando vivencias personales de esta nueva etapa y colgando artículos que me parezcan interesantes. 
El objetivo de este blog es explicar nuestras experiencias por si pueden informar, aconsejar, ayudar o inspirar a padres, madres, tí@s, abuel@s,... 
No pretendo dar lecciones de nada, simplemente contar mis vivencias. 
En el día a día surgen mil dudas y cuando familiares y/o amig@s te cuentan los recursos que han utilizado, te ayudan a resolver dudas, entender el porqué de algunas cosas o incluso a tener claro lo que NO quieres hacer. 
Dicho esto...espero que os resulte interesante. 
¡Saludos!