lunes, 10 de marzo de 2014

LAS DOS CARAS DE LA LACTANCIA MATERNA

Antes de dar a luz, son muchas las personas que te preguntan si le vas a dar el pecho a tu bebé. Parece que si no tienes intención de dárselo eres mala persona.

Muchas madres que han dado el pecho alargan la lactancia hasta los dos y tres años del niñ@ porque, según cuentan, es una experiencia maravillosa.

Pues bien, esa experiencia yo no la describiría como maravillosa, porque, como todas las cosas, tiene su cara y su cruz. Que quede constancia de que ha sido una vivencia bonita, pero yo me sentí un poco engañada...así que os contaré mi experiencia.

Para mi (y mi marido que lo vivió conmigo), la CARA de dar el pecho es la comodidad de tener siempre a punto el alimento, a la temperatura ideal, sin tener que llevar el agua en un termo, la leche en polvo en los envases (previamente medida), biberones, etc. Así como no tener que preocuparte de la esterilización de todos los utensilios.
Tienes la leche en cualquier momento, es cómodo de dar, pues, cuando le pillas el truco, puedes hacer más cosas a la vez (no me refiero al pino-puente, sino a leer, escribir, mirar el móvil, etc.).

Otra de las cosas positivas es lo económico que sale. No es que salga barato, sino GRATIS. Y, si te pones a pensar, ¿qué cosas quedan gratuitas hoy en día? La verdad es que la leche artificial es bastante cara.

Además, la leche materna, aporta muchos nutrientes al recién nacido y previene de enfermedades e infecciones.

Enseguida pierdes peso y recuperas la figura. Al mes de haber tenido a Rubén pude ponerme de nuevo los pantalones de antes de estar embarazada y al cabo de cinco meses tenía una talla menos.

Y, según algunos estudios, retrasa o previene la aparición del cáncer de mama. Este punto me sorprendió muchísimo y me animó a probar de darle el pecho al pitufo.

La CRUZ de la lactancia materna (bajo mi punto de vista) es la esclavitud que supone. Sobre todo los primeros quince días, cuando todavía te estás recuperando del parto y no tienes toda la movilidad que te gustaría. Tienes la sensación de no saber hacer otra cosa. Tu hijo depende solamente de ti y eso causa mucha presión.
Estás muy atada y tienes poco margen para alejarte del baby (para ir a comprar o al médico, por ejemplo).
Se hace duro estar de día y de noche al pié del cañón, sin poder descansar a penas. Repito, esto es un periodo concreto de tiempo, no dura eternamente.

Si encima trabajas ya es la bomba, pues tu mejor amigo pasa a ser el sacaleches, con el que almacenas la leche, sí, pero que da una sensación de frialdad y de vaca lechera total.

Además, debes llevar una dieta equilibrada, esto no quiere decir que tengas que dejar de comer dulces o de tomarte una copa de vino un día puntual, pero sí que debes comer bien para que el niño reciba todos los nutrientes y vitaminas posibles y coja peso y crezca de manera saludable.

Si te da vergüenza o reparo dar el pecho en público...piénsalo dos veces antes de decidirte por la lactancia materna. Sinceramente opino que es una "tontería" no querer dar el pecho en una cafetería, centro comercial, tienda,...pues si el niñ@ tiene hambre debe comer, es una necesidad básica. Además de que si estás mucho rato sin vaciar el pecho puedes ponerte en riesgo y sufrir dolor innecesario. Hoy en día la lactancia materna se concibe como lo que es, algo natural.

Otro inconveniente es la ropa que te pones. Debes tener en cuenta que sea lo suficientemente ancha como para poder dar el pecho cómodamente para ti y el bebé. Así que durante un tiempo te tienes que olvidar de vestidos muy cerrados por arriba. 
Mi amiga Mónica me contó un truco que usaba ella (sin usar camisetas de lactancia). Consiste en ponerte debajo de la camiseta que se ve, una camiseta de tirantes. De esta forma, cuando das el pecho te levantas la de arriba y te bajas la de debajo y no coges frío en los riñones ni enseñas la barriga.

Algunas mujeres se sienten mal con el aspecto de sus pechos después de la lactancia materna. Quedan flácidos y vacíos. Con el tiempo y un poco de ejercicio se pueden tonificar.

Una de las peores cosas, creo yo, son las grietas que te pueden salir si el niñ@ no se coge bien o la irritación, que son, ambas cosas, muy dolorosas. Puedes llegar a temer la hora de lactar del pequeñ@.

Con todo esto no quiero asustar a nadie, pero si advertir de que la lactancia materna no es un camino de rosas, como algunas mujeres lo pintan. 
Así que a todas las que decidáis o hayáis decidido lactar o ya estéis lactando...¡MUCHA PACIENCIA! Todo pasa (lo bueno y lo menos bueno...).

Os dejo algunos enlaces interesantes.

http://cuidoamibebe.mx/sabias-que-la-lactancia-materna-previene-el-cancer-de-mama/

http://cominolas.blogspot.com.es/2010/10/la-lactancia-materna-ventajas-e.html

¡Besitos y ánimo!