sábado, 22 de marzo de 2014

EL MARAVILLOSO MUNDO DE LOS PURÉS

He decidido hacer este post para facilitar medidas y cantidades a otras familias que tengan que hacer puré para congelar y no puedan hacerlo cada día. Yo eché de menos que alguien me facilitara la faena. Que no es nada difícil, pero le vas a hacer por primera vez la comida a la personita que más quieres y eso...a mi me daba respeto! 

A los 6 meses empezamos a introducirle la verdura con pollo o ternera a Rubén, tal como nos recomendó el pediatra. Ya nos había dado una tabla, que había hecho un pediatra amigo suyo, donde te explicaba cada mes lo que le podías introducir y las cantidades recomendadas.

Nunca había hecho un puré, fue toda una experiencia, je je.

Además, tenía que hacerle el puré para dos semanas, porque trabajando no tengo tiempo de hacerle la comida cada día (y no quiero darle más faena a la yaya). Así que calculé las cantidades por semanas: si cada día le tocaban unos 30g de pollo, 30 x 7 días = 210g. Y esa es la cantidad de pollo que le compraba (aproximadamente, siempre haciendo de más). Con la ternera exactamente igual.

Si cada día le tocaba una zanahoria, una patata pequeña y 4 judías verdes, hice los cálculos para dos semanas y compré: 14 zanahorias (si eran muy grandes valían por dos), 14 patatas (igual que las zanahorias) y unas 60 judías.

Las verduras la cocía en una olla con un poco de agua (digo poco agua porque luego al echarle toda la verdura sube bastante, pero no hay mucha). Y la carne a la plancha con un poco de aceite. NADA DE SAL. 

Cuando las verduras estaban cocidas las trituraba con el mismo agua y dividía en dos ollas el puré, intentando que hubiera la misma cantidad. 
A una le echaba el pollo y lo trituraba todo. A la otra la ternera.

Una vez tenia las dos ollas de puré de verdura y carne, cogía 14 vasitos de los purés de fruta del Mercadona (digo la marca porque a mi me van genial y mi amiga Gemma también los utilizó) y rellenaba 7 de puré de verdura con pollo y 7 de ternera. Para mi tienen la medida perfecta. Una vez tapados les ponía una T o una P en la tapa para que la yaya fuera alternando al dárselo.

Y cuando estaban fríos...al congelador. 

Mi suegra los saca del congelador el día de anterior a dárselo. Y un poco antes de que se lo vaya a dar lo calienta bastante y lo chafa mucho con un tenedor (después de descongelarlos tienen más grumos). Rubén se los come genial.

Está claro que como las cosas recién hechas no hay nada, pero si congelas el puré al poco de hacerlo, no pierde sus propiedades.

Espero que sirva de orientación si alguien lo necesita. 

P.D: la semana pasada ya le introdujimos la calabaza, el apio, el puerro, el conejo y el lomo. Con la carne tomé las medidas como con el pollo y la ternera, pero con las verduras lo hice bastante a ojo: una calabaza, dos puerros, un apio, unas 40 judias, 10 patatas y 10 zanahorias. Hice toda la verdura en dos ollas. Lo triture y luego hice 4 grupos que mezclé con los 4 tipos de carne. Luego en los botecitos con las iniciales en las tapas. ¡¡Tiene para un mes!! :)  

Besitos




lunes, 10 de marzo de 2014

LAS DOS CARAS DE LA LACTANCIA MATERNA

Antes de dar a luz, son muchas las personas que te preguntan si le vas a dar el pecho a tu bebé. Parece que si no tienes intención de dárselo eres mala persona.

Muchas madres que han dado el pecho alargan la lactancia hasta los dos y tres años del niñ@ porque, según cuentan, es una experiencia maravillosa.

Pues bien, esa experiencia yo no la describiría como maravillosa, porque, como todas las cosas, tiene su cara y su cruz. Que quede constancia de que ha sido una vivencia bonita, pero yo me sentí un poco engañada...así que os contaré mi experiencia.

Para mi (y mi marido que lo vivió conmigo), la CARA de dar el pecho es la comodidad de tener siempre a punto el alimento, a la temperatura ideal, sin tener que llevar el agua en un termo, la leche en polvo en los envases (previamente medida), biberones, etc. Así como no tener que preocuparte de la esterilización de todos los utensilios.
Tienes la leche en cualquier momento, es cómodo de dar, pues, cuando le pillas el truco, puedes hacer más cosas a la vez (no me refiero al pino-puente, sino a leer, escribir, mirar el móvil, etc.).

Otra de las cosas positivas es lo económico que sale. No es que salga barato, sino GRATIS. Y, si te pones a pensar, ¿qué cosas quedan gratuitas hoy en día? La verdad es que la leche artificial es bastante cara.

Además, la leche materna, aporta muchos nutrientes al recién nacido y previene de enfermedades e infecciones.

Enseguida pierdes peso y recuperas la figura. Al mes de haber tenido a Rubén pude ponerme de nuevo los pantalones de antes de estar embarazada y al cabo de cinco meses tenía una talla menos.

Y, según algunos estudios, retrasa o previene la aparición del cáncer de mama. Este punto me sorprendió muchísimo y me animó a probar de darle el pecho al pitufo.

La CRUZ de la lactancia materna (bajo mi punto de vista) es la esclavitud que supone. Sobre todo los primeros quince días, cuando todavía te estás recuperando del parto y no tienes toda la movilidad que te gustaría. Tienes la sensación de no saber hacer otra cosa. Tu hijo depende solamente de ti y eso causa mucha presión.
Estás muy atada y tienes poco margen para alejarte del baby (para ir a comprar o al médico, por ejemplo).
Se hace duro estar de día y de noche al pié del cañón, sin poder descansar a penas. Repito, esto es un periodo concreto de tiempo, no dura eternamente.

Si encima trabajas ya es la bomba, pues tu mejor amigo pasa a ser el sacaleches, con el que almacenas la leche, sí, pero que da una sensación de frialdad y de vaca lechera total.

Además, debes llevar una dieta equilibrada, esto no quiere decir que tengas que dejar de comer dulces o de tomarte una copa de vino un día puntual, pero sí que debes comer bien para que el niño reciba todos los nutrientes y vitaminas posibles y coja peso y crezca de manera saludable.

Si te da vergüenza o reparo dar el pecho en público...piénsalo dos veces antes de decidirte por la lactancia materna. Sinceramente opino que es una "tontería" no querer dar el pecho en una cafetería, centro comercial, tienda,...pues si el niñ@ tiene hambre debe comer, es una necesidad básica. Además de que si estás mucho rato sin vaciar el pecho puedes ponerte en riesgo y sufrir dolor innecesario. Hoy en día la lactancia materna se concibe como lo que es, algo natural.

Otro inconveniente es la ropa que te pones. Debes tener en cuenta que sea lo suficientemente ancha como para poder dar el pecho cómodamente para ti y el bebé. Así que durante un tiempo te tienes que olvidar de vestidos muy cerrados por arriba. 
Mi amiga Mónica me contó un truco que usaba ella (sin usar camisetas de lactancia). Consiste en ponerte debajo de la camiseta que se ve, una camiseta de tirantes. De esta forma, cuando das el pecho te levantas la de arriba y te bajas la de debajo y no coges frío en los riñones ni enseñas la barriga.

Algunas mujeres se sienten mal con el aspecto de sus pechos después de la lactancia materna. Quedan flácidos y vacíos. Con el tiempo y un poco de ejercicio se pueden tonificar.

Una de las peores cosas, creo yo, son las grietas que te pueden salir si el niñ@ no se coge bien o la irritación, que son, ambas cosas, muy dolorosas. Puedes llegar a temer la hora de lactar del pequeñ@.

Con todo esto no quiero asustar a nadie, pero si advertir de que la lactancia materna no es un camino de rosas, como algunas mujeres lo pintan. 
Así que a todas las que decidáis o hayáis decidido lactar o ya estéis lactando...¡MUCHA PACIENCIA! Todo pasa (lo bueno y lo menos bueno...).

Os dejo algunos enlaces interesantes.

http://cuidoamibebe.mx/sabias-que-la-lactancia-materna-previene-el-cancer-de-mama/

http://cominolas.blogspot.com.es/2010/10/la-lactancia-materna-ventajas-e.html

¡Besitos y ánimo! 

domingo, 2 de marzo de 2014

ESCOGER LA HABITACIÓN

Cuando recibimos la noticia de que Rubén venía de camino, una de las primeras cosas en las que pensamos fue en su futura habitación (cuál sería, cómo nos gustaría que fuera, colores, muebles…).


Así que empezamos a pedir opinión a amig@s y familia sobre las habitaciones convertibles, pues nos llamaban la atención. Las experiencias con este tipo de muebles eran muy buenas y las ventajas nos parecieron muchas: todos los muebles iban a juego; eran muy prácticos porque llevan el cambiador y la cuna todo en uno; teníamos mucho espacio para ropa y los mil cacharritos del baby; la cuna era muy grande y se podía aprovechar mucho tiempo; cuando el niño empezara a usar cama sólo teníamos que comprar un colchón (nos evitábamos el gasto de cama nueva, mesita y escritorio), …
Y los inconvenientes eran la “inversión inicial” que había que hacer y que al tener mucho tiempo los mismos muebles nos podíamos cansar.


Después de poner en una balanza los pros y los contras, nos convencimos por comprar una habitación convertible. Nos gustó mucho la marca Ros y nos hicieron la habitación como la quisimos. Escogimos colores neutros (blanco, gris y naranja), pusimos muchos cajones y baldas (nos dijeron que al ser niño tendría menos cosas para colgar) y los tiradores redondos con posibilidad de cambiarlos cuando Rubén creciera (sin que se viera la marca de los primeros agujeros).


Pintamos la habitación en un tono gris que según la luz parece lila y transmite tranquilidad.


Encima de la cama pusimos tres estanterías en forma de cubo para poner cuentos y peluches; en la otra pared le hicimos una pizarra para que, cuando fuera más mayor, pudiera pintar libremente. Y justo en ese espacio es donde irá el escritorio, así que la pizarra la podrá usar para anotar tareas y deberes.
Compramos unas pegatinas para pared con todas las letras del abecedario transformadas en animales. Pusimos entre las estanterías “Rubén” y las letras sobrantes las repartimos alrededor de la pizarra.




La lámpara la cogimos muy sencillita: en blanco y con nubes talladas en la madera. El estor también blanco para que entrara mucha luz.


Os dejo el enlace al catálogo de Ros.

http://www.ros1.com/ca/



Besitos.